Por una caída no perdemos lo que ganamos en el pasado.

Por una caída no perdemos lo que ganamos en el pasado.

Si intentábamos mantenernos limpios y de pronto tenemos una caída, hay que saber que no perdimos nada de lo que ganamos hasta el momento de la caída. Simplemente, debemos levantarnos y continuar desde donde dejamos. El Steipler le dijo una vez a una persona que se quejó acerca de lo difícil que es esta batalla: las veces que fracasamos se borran, pero cada vez que pasamos una prueba, ello representa un kinyán (adquisición) que es nuestro para siempre. Incluso si logramos sobreponernos una sola vez al principio, ese triunfo inicial nos permitirá liberarnos por completo.

El Báal HaSulam cuenta esta hermosa parábola:

Una vez, un rey tenía un buen amigo a quien no veía desde hace mucho tiempo. Cuando este amigo, que resultó ser una persona pobre, finalmente regresó, el rey estaba tan feliz de verlo que le pidió a su tesorero que lo llevara al tesoro real y ¡que le diera una hora en la que pudiera tomar todo el dinero que quisiera! Entonces, lo llevaron al tesoro y le dieron una bolsa que el hombre pobre comenzó a llenar con monedas de oro hasta que no pudo meter más. Lleno de gratitud y felicidad, el hombre pobre ya emprendió su marcha, pero cuando ya estaba en la puerta, los guardias le dieron una patada a la bolsa y las monedas se desparramaron por el piso. El hombre, confundido, miró su reloj y vio que todavía le quedaba mucho tiempo hasta que terminara su hora. Entonces, rápidamente regresó al tesoro y comenzó a llenar otra vez la bolsa con monedas. Pero cuando ya la bolsa estaba llena y él estaba a punto de irse, los guardias volvieron a darle una fuerte patada a la bolsa y todo salió volando. El hombre sin saber qué hacer y viendo que todavía le quedaba tiempo, se rehusó a darse por vencido y regresó al lugar para volver a llenar la bolsa.

El mismo escenario se repitió una y otra vez: los guardias seguían dándole una patada a la bolsa y todo se desparramaba por el piso, hasta que el hombre se dio cuenta de que simplemente estaba desperdiciando su tiempo.

Finalmente, se le acabó el tiempo y los guardias arrastraron al pobre hombre fuera de la habitación con su bolsa apenas un poco llena.

Pero de pronto, el hombre pobre miró hacia arriba y vio un vagón cargado de monedas de oro que estaba frente a él. Y mientras estaba parado allí, pensando para quién sería todo ese dinero, vio al rey que venía a saludarlo con una gran sonrisa. El rey le dijo que todo el vagón cargado de monedas de oro era para él, y le explicó que todas las monedas que había juntado y que pensaba que había perdido fueron guardadas para él. ¡El rey había ordenado a los guardias que le vaciaran la bolsa una y otra vez para que él pudiera llegar a juntar muchas más monedas en la hora que se le había asignado!

La enseñanza es clara. Incluso si caemos y sentimos que hemos perdido todo y volvemos a comenzar de cero, debemos saber que Hashem lo hace para que nuestros “recipientes” vuelvan a vaciarse y podamos volver a llenarlos otra vez más con muchos más logros. Pero los logros de los primeros recipientes que llenamos nunca se pierden: son depositados en nuestra “cuenta de banco espiritual”.

Entonces, si te estaba yendo bien y de pronto, tienes una caída, ¡no te desesperes! Confía en que Hashem tenía mucho nájat rúaj de tus logros espirituales, pero quería que pasaras al próximo nivel, y entonces te presentó estas trampas, aun sabiendo que ibas a caer. Lo que hace que la persona sea grande es su capacidad para levantarse de sus caídas. ¡Y precisamente al tener que renovar nuestra determinación desde bien abajo, somos lanzados a tener una relación mucho más cercana con Hashem como nunca antes la habíamos tenido!

En lugar de deprimirnos tras tener una caída, reflexionemos cuántas veces pudimos decirle “No” al Yetzer Hará antes de que él nos gane. Contemos las diez, si no las cien veces de nuestra racha “limpia” en el pasado en la que no nos entregamos al Yetzer Hará. ¡Definitivamente, en esta batalla tenemos las de ganar! El Yetzer Hará está decidido a hacernos sentir mal para que continuemos cayendo. Pero concentrémonos en toda la escena. Aunque hayamos perdido ahora una batalla, todavía seguimos ganando la guerra. ¡Regocijémonos en nuestros éxitos y preparémonos para el próximo “round”, en que si D’os quiere, lo haremos mucho mejor!

La experiencia se construye sobre nuestras equivocaciones

“La persona que nunca hizo nada mal, nunca hizo nada”. La experiencia que hace que el hombre a la larga sea un hombre de éxito se adquiere siempre a través de sus fracasos iniciales. La diferencia entre una persona exitosa y una persona fracasada no radica en el número de veces que la persona cayó, sino en el número de veces que se volvió a levantar. La persona exitosa siempre se levanta una vez más, mientras que no sucede lo mismo con la persona fracasada. Nuestros Sabios dicen: “La Torá no puede ser cumplida sino por aquel que haya caído en ella primero”. Las caídas son parte de la batalla, y a través de ellas aprendemos a construir vallas, a aprender mejores estrategias y convertirnos, por último, en mejores seres humanos.

Siempre hay esperanza

Rabí Israel Salanter dijo: “Siempre que la vela se mantenga encendida, siempre hay algo que se puede arreglar.” Y Rabí Najmán dijo: “No existe en el mundo el darse por vencido”. Siempre hay esperanza, aun en aquello que parece representar los abismos más profundos del pecado y la desesperanza. Rabí Najmán también dijo: “Si crees que puedes destruir, entonces cree que puedes reparar”. No existe ningún pecado que no se pueda reparar o una situación que no tenga esperanza.

Como dijimos anteriormente, el Zóhar dice que no puede haber luz si no proviene primero de la oscuridad más oscura. Incluso en un estado de profunda oscuridad, debemos reconocer que Hashem está con nosotros, nos ama y Se esconde solamente para que, al fin de cuentas, podamos apreciar Su luz mucho más. Hashem siempre está preparado para ayudarnos, ni bien nosotros estemos preparados para dejar que Él nos ayude.

Comments (0)

Leave a comment

You are commenting as guest.

Cancelar Submitting comment...