Poniendo en orden nuestras bases y las bases del mundo

Poniendo en orden nuestras bases y las bases del mundo

La lucha contra el deseo sexual es una lucha que involucra las emociones humanas más profundas. Y, por lo tanto, al poner en orden estas emociones, la persona alcanza un nivel muy profundo. Es por eso que el Zóhar llama a este proceso Yesod (base). Hashem no nos está diciendo solamente que no nos ensuciemos. Más bien, nos está diciendo que nos construyamos con las cosas que nos abstenemos de hacer. La base de una edificación se encuentra bajo tierra y nadie la ve, pero sostiene toda la edificación. Shemirat Habrit es la parte oculta del judío, pero es nuestro yo verdadero. No obstante, si la base de un judío es débil, toda su estructura espiritual es frágil y se encuentra en grave peligro de destruirse.

El temor a Hashem no puede siempre detenernos, pero puede ser nuestra MOTIVACIÓN.

Muchas veces somos conscientes de la gravedad de estos pecados, sin embargo, el “Temor de Hashem” no siempre es suficiente para detenernos cuando nos enfrentamos a un ataque de deseo sexual descontrolado. No es que no tenemos temor a Hashem, sino que la voluntad no siempre es suficiente cuando se trata de estas conductas extremadamente adictivas.

La decisión depende totalmente de nosotros

El Gaón de Vilna dice que lo que una persona dice que quiere, o incluso, lo que siente que quiere, no tiene ninguna relación con lo que realmente quiere. Al Yetzer Hará se le dio permiso para hacer que una persona sienta que quiere algo que realmente no quiere. Y lo mismo se cumple con lo que una persona siente que puede o no puede hacer. Esto no tiene ninguna relación con lo que en realidad puede o no puede hacer. Entonces, ¡siempre cree que vas a tener éxito aunque sientas que no vas a poder lograrlo!

“Con astucia, haz tu batalla” (Proverbios 24:6)

Existen muy pocas probabilidades de que podamos luchar contra el Yetzer Hará cara a cara. Como escribe el Or HaJayim (parashat Ajaré Mot): La única manera de ganar la batalla es cuidando diligentemente nuestros ojos y pensamientos. Cuando ya tengamos estos pensamientos en nuestra mente, y especialmente cuando ya tengamos estas tentaciones frente a nuestros ojos, será muy tarde y no podremos controlarnos.

Aprender a amar a Hashem a través de esta batalla

Esta batalla es el terreno fértil en el cual se formará nuestro verdadero yo. Y a través de dicha batalla, aprendemos la forma de dedicar nuestro corazón a Hashem. Y es de esperar que, en algún momento, podamos mirar hacia atrás y decir que todo el esfuerzo valió la pena. Después de todo, para qué bajamos a este mundo, sino para aprender cómo entregar nuestro corazón a Hashem. Como dice el versículo (Mishlé 23:26): “Tená, bení, libejá Li - Hijo Mío, entrégame tu corazón”. A través de esta batalla, aprendemos a someter nuestra voluntad y nuestras vidas a Hashem de una manera muy profunda. Y esto es algo que la mayoría de la gente no tiene el mérito de aprender, incluso en sus 120 años de vida en este mundo. Por lo tanto, en un sentido más profundo, esto es un verdadero regalo de Hashem y una señal de Su amor por nosotros, sólo si lo sabemos utilizar correctamente.

Redirigiendo el poder en nuestras almas

Muchas veces, nos hemos visto tratando de luchar solamente contra el Yetzer Hará en lugar de tratar de lograr un cambio y de construirnos a nosotros mismos. Para lograr un éxito a largo plazo, debemos aprender a luchar contra la causa de la mala conducta y no sólo contra los síntomas.

Los pensamientos y las fantasías

Todos tienen estas fantasías. Algunas personas más, otras menos. Somos seres humanos y no ángeles. HaKadosh Baruj Hu creó el mundo de manera tal que los hombres y las mujeres se sienten atraídos entre sí, y, gracias a ello las personas se casan, tienen hijos y pueblan la tierra. Si te molesta el hecho de tener que pelear con estos pensamientos, eso ya es algo de lo que tienes que estar orgulloso. Si nos encerramos en nuestras fantasías, entonces caemos en la tristeza, y esta tristeza nos lleva a tener más fantasías, y ello se convierte en un ciclo vicioso del cual es muy difícil salir. Sin embargo, en el momento que comenzamos a mirarnos a nosotros mismos con una luz positiva, veremos que las fantasías no serán tan frecuentes.

Todo cuenta

Debemos saber que a nuestra “cuenta espiritual”, se van agregando moneda tras moneda cada vez que le decimos "no" al Yetzer Hará, sin importar cuán insignificante pueda parecer ante nuestros ojos en ese momento. Incluso si una persona está segura de que caerá en un futuro inmediato, ¡debe saber que cada minuto que se abstiene, estará ganando una recompensa que ninguna persona ni ningún ángel puede llegar a comprender! Y cuando una persona tiene suficientes monedas en su “cuenta espiritual”, ¡puede triunfar mucho más allá de sus sueños más desenfrenados!

No vivir en el pasado.

A pesar de que el daño espiritual que causamos al cometer actos de lujuria para satisfacer nuestro deseo sexual incontrolable es muy grande, debemos aceptar que Hashem nos puso en esta situación y que la culpa no es toda nuestra. No nos mortifiquemos pensando en cómo sucedió o pensando en las caídas del pasado. Ello hará que nos deprimamos y nos llevará a tener caídas en el futuro. El Jidushé HaRim (en Likuté Yehudá) les dice a sus alumnos que nunca miren para atrás, ya que él sostiene que si miramos para atrás, nos quedamos atascados. Todos tenemos ropas sucias. No tenemos que avergonzarnos de nuestra ropa sucia, a menos que dejemos que se acumule y nunca la lavemos.

Culpa vs. vergüenza

Generalmente utilizamos las palabras “vergüenza” y “culpa” indistintamente. Uno puede decir: “Estoy avergonzado de lo que hice”, queriendo decir “Me siento culpable de lo que hice”. Sin embargo, técnicamente hablando, estos términos son diferentes. La culpa es respecto a algo que la persona hizo, y puede llegar a ser un sentimiento constructivo en cuanto a que puede llevar a la persona a hacer teshuvá, a tomar medidas correctivas. Sin embargo, la vergüenza es lo que uno siente que es. En otras palabras, la culpa es “Cometí un error”, mientras que la vergüenza es “Yo soy un error”. Si una persona siente que tiene un defecto propio, que su esencia no es buena, no hay nada que pueda hacer para cambiarlo. Con la culpa, hay esperanza de mejora, pero no ocurre lo mismo con la vergüenza.

Por una caída no perdemos lo que ganamos en el pasado.

Si intentábamos mantenernos limpios y de pronto tenemos una caída, hay que saber que no perdimos nada de lo que ganamos hasta el momento de la caída. Simplemente, debemos levantarnos y continuar desde donde dejamos. El Steipler le dijo una vez a una persona que se quejó acerca de lo difícil que es esta batalla: las veces que fracasamos se borran, pero cada vez que pasamos una prueba, ello representa un kinyán (adquisición) que es nuestro para siempre. Incluso si logramos sobreponernos una sola vez al principio, ese triunfo inicial nos permitirá liberarnos por completo.

Llegar a comprender contra lo que estamos luchando

No tienen idea de la cantidad de personas que han caído víctimas de la pornografía en internet. Nunca hubiéramos pensado que este tipo de personas pudiera caer en tan bajo nivel.

Es de esperar que las personas que tienen Temor del Cielo no irán detrás de ese tipo de basura y ese tipo de indecencia. Sin embargo, es perfectamente posible que mientras bobeas en el internet, puede ocurrir que aprietes una tecla y se te abra una pantalla con una escena pornográfica. Tú no la estabas buscando, pero te pasó. Tienes exactamente tres milésimas de segundo para cerrar la ventana. Y si permaneces por cuatro milésimas de segundo, ya te hiciste adicto. Así de grave es.

El aceptar que necesitamos ayuda

La primera clave para la recuperación es la “aceptación”. Necesitamos aceptar que tenemos un problema y que necesitamos ayuda. De lo contrario, vamos a leer el sitio de la web de Cuida Tus Ojos y vamos a leer el Manual, y vamos a decir: “No se están refiriendo a mí”.

Tocar fondo mientras aún se está arriba

Muchas veces una persona no está verdaderamente preparada para admitir que tiene un problema y buscar ayuda, no está dispuesta a hacer cambios reales en su vida a menos que haya primero “tocado fondo”. “Tocar fondo” significa que la vida de la persona se ha vuelto realmente incontrolable. Esto puede surgir cuando la persona se da cuenta de que no es capaz de llevar una vida normal, un matrimonio normal, mantener un trabajo, o de que está a punto de perder la autoestima, el honor o el buen nombre.

Rompiendo el ciclo

Debemos reconocer cuán capciosa es esta adicción, cómo continúa mintiéndonos, haciendo que cometamos, una y otra vez, actos prohibidos para satisfacer nuestro apetito sexual descontrolado. Cada vez que vamos detrás de la lujuria, hacemos que sea cada vez más difícil curarnos de la adicción a largo plazo. Por eso debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para liberarnos de este ciclo vicioso ahora, dando los pasos necesarios para lograr la liberación. Todo el tiempo que nos mantengamos atrapados en el ciclo de la adicción, no podremos comenzar con la curación. Y la naturaleza de la adicción es tal que no podemos pensar en cómo salir de ella, sino que necesitamos actuar para poder descubrir una nueva forma de pensar.

Sólo por hoy

Enfrenta la lucha “un día por vez”. Trata de nunca enfocarte en el futuro o pensar cómo lo haremos. Debemos aprender a vivir solamente en el presente, concentrándonos en mantenernos “limpios” y “sobrios” AHORA. Cuando nos enfocamos en el futuro, podemos caer con mucha facilidad. Por lo tanto, cuando nos sentimos débiles, podemos decirnos a nosotros mismos: “Sólo por hoy, me mantendré limpio”. “Sólo por este momento, me mantendré limpio”. El pasado y el futuro no están en nuestras manos y pertenecen sólo a Hashem. Cuando sentimos que estamos a punto de caer, podemos incluso decirnos a nosotros mismos que nos reservamos el derecho a ir detrás de la lujuria mañana. No estamos haciendo una decisión para toda la vida. Sin embargo, sólo por hoy haremos todo lo posible para mantenernos limpios.

Entregándole la lucha a Hashem

Finalmente, sólo Hashem es el que puede vencer la adicción por nosotros. Como dicen Jazal: “Si Hashem no lo ayuda, no puede vencerlo (al Yetzer Hará)”. Pero para que Hashem pueda luchar por nosotros, nosotros debemos tomar conciencia de que no podemos hacerlo solos y que debemos reconectarnos con Hashem de una manera fundamental y aprender a tener una total dependencia en Él; así como un bebé depende totalmente de su madre.

Examinando nuestros rasgos de carácter

La adicción es muchas veces un signo de que nos falta uno de los principios básicos más importantes respecto a lo que significa ser un ser humano, creado a la imagen de Hashem. Ni siquiera los animales abusan de sus instintos y caen en adicciones. En este aspecto, hemos caído mucho más bajo que los animales.

Por qué la religión sola no basta

Aunque en la Torá se encuentran todas las verdades, nosotros hemos perdido nuestra visión. Aunque hemos estado aprendiendo Torá y Musar (Ética), nuestros anteojos están “rotos”. Y entonces, antes de poder recurrir una vez más a la Torá en busca de ayuda, necesitamos aprender lo que significa ser un ser humano. ¿Puede alguien estudiar de Libros de Ética antes de saber el abecedario?

Sustitución de la satisfacción”

Muchas veces, en nuestro intento de abandonar la adicción, nos concentramos en alejarnos de las provocaciones y en huir del Yetzer Hará. Pero frecuentemente, lo mejor es eliminar las ʽnecesidadesʼ que existen y que intentamos saciar, previniéndonos y ocupándonos en actividades distintas que nos produzcan satisfacción y que estén pre-programadas.

Consejos para cuidar los ojos

No podemos siquiera pensar en comenzar el proceso de recuperación mientras continuemos siendo bombardeados, por todos lados, con estímulos provocativos. La mente de quien padece esta adicción se acostumbró al ʽdeseo’. No puede observar imágenes tentadoras y esperar que la reacción no se produzca. No puede tener todo al alcance de la mano, y esperar ser lo suficientemente fuerte como para no verse afectado. Se ha hecho adicto al torrente químico liberado por la lujuria o ʽdeseo’, en la misma manera que el alcohólico y la bebida. Por lo tanto, para romper el círculo adictivo, el primer paso es: alejarse de los factores que lo alimentan a distancia. A partir de ahí, se podrá iniciar el ʽ viaje ʼ hacia la recuperación.

Actividad física”

Cuando hablamos de recuperación y salud emocional, nuestro cuerpo es un factor clave en esa situación. Dormir lo suficiente, nutrición correcta, y en especial la actividad física, contribuyen tanto a nuestro ʽequilibrio espiritualʼ como a nuestro ʽbienestar emocionalʼ, más de lo que la gente cree.

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